lunes, 28 de enero de 2013

Ana Bolena (2ª esposa)

Todos hemos oído hablar de Ana Bolena en alguna ocasión, nos guste o no la historia. Pero muchos la conocen tan sólo por haber muerto decapitada por orden de su marido el rey Enrique VIII sin conocer la historia previa. Ha sido una de las reinas más influyentes de Inglaterra, pues por ella Enrique VIII se separó de la Iglesia de Roma dándose con ello la Reforma Inglesa. Además fue la madre de la reina Isabel I de Inglaterra. Vamos a conocerla un poquito mejor.

Ana Bolena  nació probablemente en Blickling Hall en Norfolk aunque se barajea la posibilidad de que naciera en la que era su residencia favorita, el Castillo de Hever en Kent., aunque parece más improbable. Su año de nacimiento también es dudoso, pudiéndose dar entre 1501 o 1507. 
Ana era hija de sir Tomás Bolena, más tarde primer conde de Wiltshire y primer conde de Ormonde, y su esposa, lady Isabel Bolena (nacida Isabel Howard), hija del segundo duque de Norfolk.
Era la mediana de tres hermanos, siendo su hermana María la mayor, y su hermano Jorge el pequeño. Ana tuvo una relación estrecha con su padre cuando era pequeña, la cual se iba enfriando a medida que se hacía mayor. Su relación con su hermana María parece haber sido cordial, pero no íntima (Ver María Bolena). Tenía una relación más estrecha con su madre y su hermano Jorge, de los que parecía sentirse más cercana.
El padre de Ana era un diplomático respetado por su talento para los idiomas. En Europa Tomás Bolena tuvo muchos admiradores debido a su profesionalismo y su encanto, entre ellos se encontraba la archiduquesa Margarita de Austria, hija de Maximiliano I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico que gobernaba los Países Bajos en nombre de su padre. Quedó tan impresionada por Tomás Bolena que ofreció a la hija de éste, Ana, un lugar en su casa. Generalmente una muchacha debía tener 12 años para obtener tal honor, pero puede que Ana fuera algo más joven en aquel momento. Margarita se refería a ella cariñosamente como «La petite Boleyn» (no se sabe, sin embargo, si el calificativo se refería a su edad o a su estatura) que vivió allí desde la primavera de 1513 hasta que su padre ordenó que siguiera su educación en París el invierno de 1514.
En Francia, Ana fue dama de honor de Claudia de Francia y también actuaba de intérprete siempre que hubiera algún importante invitado inglés en la core hasta que en el invierno de 1521, regresó a Inglaterra siguiendo las órdenes de su padre. Partió de Calais en enero de 1522.
Ana Bolena no era convencionalmente hermosa para su tiempo. Era delgada y su piel se consideraba demasiado oscura. Sin embargo, muchos quedaron impresionados por sus ojos oscuros y su larga melena oscura que llevaba suelta. El embajador veneciano en la corte de Enrique VIII que conoció a Ana en 1532 escribió, «no era una de las mujeres más hermosas del mundo», sin embargo otros conocidos la consideraban «completement belle» (absolutamente bella) y «una mujer joven y apuesta». La gente parecía atraída principalmente por el carisma de Ana.


Era una devota cristiana en la nueva tradición del movimiento humanista del Renacimiento (calificarla como protestante sería una exageración). Hizo generosas donaciones y cosió camisas para los pobres. En su juventud era «dulce y alegre» y disfrutaba con los juegos de azar, bebiendo vino, y chismorreando. Era valiente y emotiva. Sin embargo, según sus enemigos, Ana también podía ser extravagante, neurótica, rencorosa y malhumorada.
Cuando Ana Bolena llegó a la corte, Catalina de Aragón, era popular a pesar de no participar en política ni en la vida de la corte durante algún tiempo. Todos los hijos que tuvo con Enrique habían muerto jóvenes y el rey estaba preocupado por tener un varón heredero de su trono a fin de conservar la monarquía y evitar la guerra civil.
Bolena debutó en la corte en un baile de disfraces en marzo de 1522, donde llevó a cabo una complicada danza acompañando a la hermana más joven del rey, a varias grandes damas de la corte y a su hermana María (por aquel entonces, amante del rey). Unas semanas después de esta interpretación, Bolena era conocida como la mujer de moda y más importante de la corte y se referían a ella como «el espejo de la moda».
En aquella época la cortejaba Henry Percy, hijo del conde de Northumberland, alrededor de 1522. El idilio se rompió en 1523, cuando el padre de lord Henry se negó a apoyar el compromiso. Una teoría es que el enlace lo rompió en secreto el cardenal Thomas Wolsey, ministro principal de Enrique, porque el rey quería a Ana para sí mismo.
La familia la envió brevemente a las fincas rurales de su familia, pero no se sabe por cuánto tiempo. Cuando volvió a la corte reunió una camarilla de amigas y admiradores y se hizo famosa por su capacidad de mantener a los hombres a distancia. El poeta sir Thomas Wyatt, escribió sobre ella en el poema Whoso List to Hunt, en el que la describió como inasequible y cabezota, a pesar de parecer recatada y tranquila.
En 1525, Enrique VIII se enamoró de ella y comenzó a perseguirla. Ana se resistió a sus intentos de seducción y se negó a convertirse en su amante. Rechazó las propuestas iniciales del rey diciendo, “suplico a su alteza muy seriamente que desista, y a esta mi respuesta en buena parte. Prefiero perder la vida que la honestidad.” El rey se sintió más atraído aún tras esta negativa y la persiguió incesantemente, incluso después de que ella abandonara la corte para volver a Kent. Al final él le propuso matrimonio y ella aceptó. Sin embargo, decidió no acostarse con él antes de casarse, puesto que la relación prematrimonial significaba que si tenían un hijo, éste sería ilegítimo.
Con este romance, Ana acumuló una importante cantidad de vestidos, pieles y joyas, y le asignaron sus propios sirvientes, varias damas de honor y nuevas dependencias en palacio. Enrique le otorgó a Ana el marquesado de Pembroke, convirtiéndola en la primera plebeya inglesa en convertirse en noble por derecho propio en lugar de por herencia. La familia de Ana también sacó partido de la relación; su padre, ya vizconde de Rochford, fue nombrado conde de Wiltshire y conde de Ormonde. Gracias a la intervención de Ana, su enviudada hermana María recibió una pensión anual de 100£, y el hijo de ésta, Henry Carey (muy posible hijo del rey), fue educado en un prestigioso monasterio cisterciense.
Ella quedó embarazada en unos meses y, como era costumbre en la realeza, hubo una segunda ceremonia matrimonial, que tuvo lugar en Londres el 25 de enero de 1533.
El 23 de mayo de 1533, Thomas Cranmer, arzobispo de Canterbury, en la sesión del juicio en un tribunal especial que se reunió para decidir sobre la validez del matrimonio del rey con Catalina de Aragón, declaró el matrimonio de Enrique y Catalina sin fuerza legal. (Ver Catalina de Aragón) Cinco días más tarde, el 28 de mayo de 1533, Cranmer declaró que el matrimonio de Enrique y Ana era auténtico y válido. Siete años después de que su relación con Enrique había comenzado, Ana era por fin legalmente su esposa y reina de Inglaterra.
La hija de Enrique y Ana nació el 7 de septiembre de 1533, en el palacio favorito del rey, el palacio de Placentia. Bautizaron a su hija con el nombre de Isabel, en honor a la madre de Enrique, Isabel de York. Le dieron un bautizo espléndido, pero Ana temió que la hija de Catalina, María, amenazara la posición de Isabel. Enrique calmó los temores de su esposa separando a María de sus muchos sirvientes y enviándola a Hatfield House, donde la princesa Isabel vivía con su propia magnífica plantilla personal de criados. El aire del campo era mejor para la salud del bebé, y Ana era una madre afectuosa que con regularidad visitó a su hija. Sus visitas eran también muestras de la fricción entre ella y su hijastra la princesa María, que se refería ella como «la amante de mi padre», mientras Ana llamaba a María «esa maldita bastarda».
Ana tenía una plantilla de sirvientes mayor que la de Catalina: había más de 250 criados para atender a sus necesidades personales, desde sacerdotes hasta mozos de establo. Había también más de 60 damas de honor que la servían y acompañaban a acontecimientos sociales.
Ana con el fin de dar un heredero varón a Enrique, después del nacimiento de Isabel, quedó nuevamente embarazada pero abortó en el verano de 1534, y durante el día del entierro de Catalina, el 29 de enero de 1536, Ana sufrió otro nuevo aborto, lo que hizo que su matrimonio empezase a tambalear.
Cuando Ana se repuso de su aborto, Enrique declaró que su matrimonio fue maldecido por Dios. Juana Seymour fue trasladada a nuevas dependencias y el hermano de Ana no fue aceptado en una prestigiosa orden de caballería, la Orden de la Liga, que en cambio le fue otorgada al hermano de Juana Seymour. En varias ocasiones a lo largo de estos meses, Ana expresó su temor ante la posibilidad de un próximo divorcio.
En los últimos días de abril, un músico flamenco al servicio de Ana llamado Mark Smeaton fue detenido y torturado por Thomas Cromwell. Al principio negó que él fuera el amante de la reina, pero, bajo tortura, confesó. También proporcionó el nombre de otro cortesano —sir Henry Norris— un viejo amigo tanto de Ana como del rey. Norris fue detenido durante el May Day (1 de mayo), pero dado que era un aristócrata no podía ser torturado. Él negó su culpabilidad y juró que Bolena era también inocente. Sir Francis Weston fue detenido dos días más tarde bajo el mismo cargo. También detuvieron a William Brereton, un mozo de la cámara privada del rey, que fue también arrestado por adulterio. El acusado final era el propio hermano de la reina Ana, detenido bajo acusación de incesto y traición, acusado de mantener relaciones sexuales con su hermana durante los últimos doce meses.
El 2 de mayo de 1536, Ana fue detenida durante el almuerzo y llevada a la Torre de Londres. En la Torre, sufrió una crisis nerviosa menor, exigiendo saber todos los detalles sobre el paradero de su familia y los cargos contra ella.


Cuatro de los hombres fueron procesados en Westminster el 12 de mayo de 1536. Weston, Brereton y Norris mantuvieron públicamente su inocencia y sólo el torturado Smeaton apoyó a la Corona declarándose culpable. Tres días más tarde, Ana y George fueron procesados por separado en la Torre de Londres. Ella fue acusada de adulterio, incesto y alta traición. La sospecha popular contra Enrique y su amante, Juana Seymour, los cuales fueron vistos de banquete en el Támesis, era generalizada. Varios panfletos circularon por Londres burlándose de los procesos y apoyando a la reina.
George y los otros acusados fueron ejecutados el 17 de mayo. Ana fue decapitada por orden de Enrique VIII dos días más tarde. (Ver Decapitación de Ana Bolena ) Enrique VIII el día 30 de ese mismo mes se casó con Jane Seymour, tan sólo once días  después de la ejecución de su anterior esposa.
Nunca se ha probado documentalmente la culpabilidad de Ana Bolena en los cargos que la llevaron a la muerte. Casi con toda probabilidad, la reina fue víctima de un complot urdido para eliminarla del trono cuando quedaron en evidencia sus escasas posibilidades de tener hijos varones. El consejero del rey, Thomas Cromwell, y el deseo del rey de casarse con su nueva amante, lady Jane Seymour, intervinieron también en la caída de Ana
Años después Ana fue venerada como mártir y heroína por los protestantes ingleses. A consecuencia de esta visión, buena parte de la nobleza inglesa mostró cuadros de Ana en sus casas, a fin de mostrar su lealtad a la reina y la monarquía protestante.

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