viernes, 22 de febrero de 2013

Catalina Parr (6ª esposa)

Catalina Parr nació en 1512 probalemente en el castillo de Kendal en Westmorland, donde sus antepasados habían residido desde el siglo XIV. Otros lugares de nacimiento que se han sugerido son: Great Kimble, Buckinghamshire, o en Blackfriars, Londres.
Era la hija mayor de Sir Tomás Parr, descendiente del rey Eduardo III, y de quien de soltera se llamó Matilda Green, hija de Sir Tomás Green. Tuvo un hermano más joven, Guillermo Parr, más tarde primer marqués de Northampton, y una hermana, Ana, más tarde condesa de Pembroke. Su madre, Lady Parr, fue miembro del séquito de Catalina de Aragón.
A los 17 años, en 1529, Catalina contrajo matrimonio con Lord Eduardo Borough. Durante muchos años se ha argumentado que se casó con el mayor Eduardo Borough, segundo Barón Borough de Gainsborough, quien murió en 1529. Sin embargo, hay un acuerdo generalizado por los biógrafos recientes de Catalina que se casó con el nieto del segundo barón, quien compartía nombre. Eduardo Borough el Joven tenía veintitantos años y puede que tuviera mala salud. Su padre, Sir Tomás Borough, era el chambelán de Ana Bolena. Eduardo Borough el Joven murió en la primavera de 1533.
En el verano de 1534 se casó nuevamente con John Neville, tercer Barón Latymer. En 1536, durante la Peregrinación de Gracia, Catalina fue retenida como rehén por los rebeldes del norte, junto con sus dos hijastros, incluyendo a John Neville, cuarto Barón Latymer.

Se dice que era alta, vivaz e ingeniosa, con una naturaleza bondadosa y sensible.
Fue en la casa de la hija de Enrique y de Catalina de Aragón, Lady María, donde Catalina Parr llamó la atención del Rey.
El rey Enrique VIII se encaprichó con Catalina desde el momento en que la conoció cuando fue a pedir piedad por la mujer de su hermano, acusada (con pruebas) de adulterio. Sus primeros regalos a Catalina fueron entregados el 16 de febrero de 1543, un año después de la ejecución de Catalina Howard. El 2 de marzo de ese mismo año, su marido, finalmente falleció. Después de la muerte del segundo marido, la rica viuda empezó una relación con Thomas Seymour -luego 1er Barón de Sudeley-, que era hermano de la reina Jane Seymour. Catalina miró a Seymour como su futuro esposo pero Seymour, por su parte, tomó nota del interés del rey y sabiamente dio un paso atrás.
Una vez más Catalina se tuvo que enfrentar a un tercer matrimonio con una persona mayor, y un marido enfermo. Pero aunque ella siguió su deber, no fue una elección fácil, pues si rechazaba al rey puede que ella y su familia tuvieran grandes repercusiones, por lo que no tenía más remedio que aceptar, y se vio obligada a obedecer.
Ella escribió a Seymour: ''Tan cierto como que Dios es Dios, mi mente estaba completamente inclinada a casarme con vos antes que con cualquier hombre que conozco. Sin embargo, Dios se opuso a mi voluntad con vehemencia por un tiempo, y con su gracia y su bondad, hizo posible lo que me parecía más irrealizable; es decir, me hizo renunciar por completo a mi propia voluntad y seguir de buen grado la suya" Ella y Seymour se separaron con algunas promesas para el futuro (después de todo, el rey estaba enfermo y y sus sentimientos no habían disminuido). La ascendencia de la familia Parr había comenzado.


El matrimonio entre Catalina y Enrique VIII se celebró el 12 de julio de 1543 en el palacio de Hampton Court. Fue la primera Reina de Inglaterra en ser también Reina de Irlanda después de que Enrique VIII adoptara el título de Rey de Irlanda. Como reina, Catalina fue en parte responsable de la reconciliación de Enrique con las hijas que tuvo de sus dos primeros matrimonios, quienes más adelante serían la reina María I y la reina Isabel I. Catalina tuvo el deseo de perfeccionarse, pues no había recibido la educación excepcional de una princesa y comenzó a estudiar latín de mayor, lo que el príncipe Eduardo alabó y llegó a quererla mucho, hasta el punto de ver en ella a la madre que no tenía.
Cuando se convirtió en Reina, su tío Guillermo Parr, Lord Parr de Horton, se convirtió en su Lord Chambelán.
El matrimonio fue un éxito inmediato. Catalina eligió como lema "Para ser útil en todo lo que hago." Y ella tenía una personalidad verdaderamente entrañable, como lo demuestra el afecto genuino que una variedad de gente sentía por ella. Para el rey, era la compañera perfecta, y la niñera de sus hijos, pues ella era una madrastra amorosa. Como reina, atrajo a los cortesanos que simpatizan con la fe reformada. Sus habitaciones se hicieron famosas por sus debates teológicos, un hecho que pronto indignó a Stephen Gardiner y a otros católicos.
Durante tres meses, desde julio hasta septiembre de 1544, Catalina fue nombrada regente por Enrique mientras él marchó a su última y poco exitosa campaña en Francia. Gracias a que su tío fue nombrado miembro de su consejo de regencia, y a las simpatías de otros consejeros Thomas Cranmer (el Arzobispo de Canterbury) y Eduardo Seymour, Lord Hertford, Catalina obtuvo el control efectivo y fue capaz de gobernar como ella entendió más conveniente. Manejó los suministros, las finanzas y asambleas para la campaña francesa de Enrique, firmó cinco proclamaciones reales, y mantuvo contacto constante con su lugarteniente en las Marcas septentrionales, Lord Shrewsbury, sobre una situación compleja e inestable con Escocia. Se dice que sus acciones como regente, junto con su carácter fuerte y una notable dignidad, y más tarde sus convicciones religiosas, influyeron de forma importante en la formación de su hijastra, Lady Isabel (la futura reina Isabel I).
Sus puntos de vista religiosos fueron complejos, y el asunto se ve confundido por la falta de evidencias. Aunque probablemente fue educada como católica, ya que nació antes de la Reforma Protestante, más tarde sintió simpatía e interés por la "Nueva Fe." Se ha sugerido la hipótesis de que realmente era una protestante a mediados de los años cuarenta, tal como ahora se entendería ese término. Podemos estar seguros de que sostuvo fuertes ideas reformistas después de la muerte de Enrique, cuando su segundo libro, Lamentaciones de un pecador se publicó a finales del año 1547. El libro promovía el concepto protestante de justificación sólo por la fe, algo que la Iglesia Católica consideraba una herejía. Es extremadamente improbable que desarrollara esos puntos de vista en el breve tiempo entre la muerte de Enrique y la publicación del libro. Su simpatía por Anne Askew, la mártir protestante que se opuso fieramente a la creencia católica de la transubstanciación, también sugiere que era más que meramente simpatizante de la nueva religión.



Con independencia de que se convirtiera formalmente al protestantismo, lo que no es probable, la Reina fue suficientemente reformista para que la vieran con sospecha oficiales católicos y anti-protestantes, como Stephen Gardiner (el Obispo de Winchester) y Thomas Wriothesley, Lord Wriothesley (el Lord Canciller), quien intentó a su vez volver al rey en contra de ella en el año 1546. Se escribió una orden de arresto contra ella y abundaron los rumores por toda Europa de que el rey se sentía atraído por su amiga íntima, Catherine Willoughby, duquesa de Suffolk. Sin embargo, ella logró reconciliarse con el Rey después de jurar que ella sólo había hablado de religión con él para distraerlo de los sufrimientos que le causaban su pierna ulcerada.

Después de la muerte de Enrique VIII (28 de enero de 1547), Catalina vio asegurada su situación con una pensión anual de ₤7.000. Más aún, él ordenó que después de su muerte, aunque era reina viuda, se le diera el respeto de una Reina de Inglaterra, como si él aún viviera. Catalina se pudo finalmente casar con su antiguo amante, Thomas Seymour, celebrándose su boda el 7 de abril de ese mismo año. Como se casaron dentro de los seis meses posteriores a la muerte del antiguo rey, tuvieron que obtener permiso del rey para el matrimonio. Cuando su unión fue conocida públicamente, causó un pequeño escándalo. Catalina, que no había tenido hijos de ninguno de sus anteriores matrimonios, quedó embarazada a los 35 años de edad. Su embarazo fue una sorpresa, dado que ella no había concebido ningún hijo durante sus primeros tres matrimonios..
En esta época, se desarrolló una rivalidad entre Catalina y la esposa de su cuñado, Ana Stanhope, la duquesa de Somerset. Ana estaba casada con Eduardo Seymour, duque de Somerset, que resultó ser particularmente aguda sobre el asunto de las joyas de Catalina. La duquesa argumentaba que las joyas pertenecían a la Reina de Inglaterra, y que como reina viuda, Catalina ya no debía tenerlas. En vez de ello le correspondía a ella, como esposa del Lord Protector, lucirlas. Ella invocaba la Ley de Sucesión que claramente afirmaba que Catalina tenía precedencia sobre todas las damas del reino; de hecho, por lo que se refiere a la precedencia, la Duquesa de Somerset venía detrás de las Ladies María e Isabel, y Ana de Cléveris, llamada Hermana del Rey. Al final, la duquesa ganó la discusión, lo que dejó su relación con Catalina permanentemente dañada; la relación entre los dos hermanos Seymour también empeoró como resultado, puesto que Lord Seymour vio toda la discusión como un ataque personal de su hermano a su posición social.
El matrimonio de Catalina también pasó por momentos tensos. El sexo durante el embarazo era algo que se desaprobaba en el siglo XVI y Seymour comenzó a desarrollar cierto interés por Lady Isabel (hija adolescente de Ana Bolena, y futura Isabel I, que residía en su mansión. Se le atribuye la intención de casarse con ella antes de hacerlo con Catalina, y más tarde se dijo que Catalina descubrió a los dos abrazados. En unas pocas ocasiones antes de que la situación se escapase por completo de las manos, parece que Catalina no sólo estuvo conforme con episodios de juego violento con fuertes implicaciones sexuales, sino que realmente ayudó a su marido. Con independencia de lo que realmente ocurriera, Isabel fue sacada de la casa en mayo de 1548 para quedarse en el hogar de Sir Anthony Denny en Cheshunt y nunca volvió a ver a su madrastra, aunque las dos mantuvieron correspondencia.
Catalina dio a luz a su único descendiente, una niña llamada María Seymour, que recibió este nombre por su hijastra, el 30 de agosto de 1548, y murió sólo seis días después, el 5 de septiembre de 1548, en castillo de Sudeley, en Gloucestershire, de lo que cree que fue fiebre puerperal, o sepsis en el parto. Es lo mismo que provocó la muerte de la tercera esposa de Enrique VIII, Jane Seymour. No era algo infrecuente, debido a la falta de higiene que rodeaba el parto. Se ha sospechado que el esposo de Catalina, Sir Tomás Seymour, pudo haberla envenenado para llevar a cabo su plan de casarse con Lady Isabel. Catalina Parr fue sepultada en el castillo de Sudeley. Sería conocida como la Reina de Inglaterra que más veces habría contraído matrimonio.
Su única hija, María, nacida el 30 de agosto, no le sobrevivió demasiados años. Su padre, Thomas Seymour, fue decapitado por traición menos de un año después (10 de marzo de 1549). La niña fue entregada a la duquesa de Suffolk, Catherine Willoughby, una amiga íntima de Catalina. Después de un año y medio, la propiedad de María le fue restaurada por una Ley del Parlamento, lo que alivió la carga de la duquesa al asumir la guarda de la niña. La última mención de María Seymour es de su segundo cumpleaños, y aunque circularon historias de que al final ella se casó y tuvo hijos, la mayor parte de los historiadores creen que murió siendo niña.

No hay comentarios:

Publicar un comentario